Aunque Medrano tiene hoy casi 10.000 habitantes, conseguir un colectivo que a uno lo acerque o lo saque de ese pueblo, cuya calle principal es límite entre Junín y Rivadavia, no es tarea sencilla y requiere de una de estas dos virtudes: el buen cálculo para llegar a la parada en el momento justo o la mucha paciencia para saber esperar, y a veces ni siquiera así alcanza, porque la gente denuncia que el horario de frecuencias rara vez se respeta.
Los vecinos explican que por Medrano pasa un colectivo cada dos horas y que en los feriados son las unidades son apenas tres, en una frecuencia que aseguran, no se ha modificado en los últimos 40 años. “Hoy tenemos un colectivo cada dos horas como en los años 60, cuando Medrano tenía un tercio de la población”, cuenta Mario, que lleva media hora en una parada cercana a la salida del pueblo “El colectivo se adelantó y lo perdí; ahora estoy viendo si pasa algún conocido que me acerque a Junín”.
Medrano está a unos 15 kilómetros de Junín, a casi 20 de la ciudad de Rivadavia y la escasez de colectivos condiciona la vida, el estudio y el trabajo de una buena parte del pueblo. Ejemplos hay muchos: Mario cursa en un Cens de San Martín y si pierde el colectivo de la siesta, ese día directamente no va a clases; Margarita trabaja en un comercio de Junín y en las siestas debe hacer tiempo por allí, porque aunque está a solo unos pocos kilómetros de su casa, no le da el tiempo para ir a descansar y volver por la tarde; Marcelo trabaja en la Penitenciaría y tuvo que comprarse un autito y endeudarse por varios años si quiere mantener su trabajo.
“Si usted tiene que presentarse temprano a una entrevista de trabajo o quiere pedir un turno en el hospital Central o en el Notti, no hay manera de que lo haga en colectivo porque no va a llegar a tiempo”, explica Félix Echegaray y agrega: “Lo ideal sería que el primer colectivo que pasa por Medrano para Mendoza lo haga a las cinco de la madrugada y no a las seis”.
Así las cosas, en Medrano muchos se acostumbraron a hacer dedo para salir del pueblo o para volver. “A veces aparece alguien que te conoce y te acerca, pero lo ideal serían más frecuencias, no tanto hasta Mendoza sino algún circuito interno que llegue hasta Junín o a Palmira y que vuelva”, opina Oscar Páez y completa: “Una vez que uno ya está en Junín, puede tomarse un expreso hasta Mendoza porque las frecuencias allí son muy seguidas”.
La gente coincide en que el transporte público es un problema muy grave, mucho más importante que el mal estado de las calles y casi a la altura de la falta de cloacas, un servicio prometido desde hace años por las comunas de Junín y Rivadavia. “Cada vez que hay elecciones o reunión con funcionarios, el tema de los colectivos aparece y son muchos los que durante se comprometieron a buscar una solución, pero hasta acá no ha pasado nada”, agrega don Félix.
Consultada sobre el asunto, desde el área de Prensa de la Dirección de Vías y Medios de Transporte explican que el reclamo tiene que hacerse por nota escrita, que luego el área de Planificación hace un análisis técnico del problema, que se consulta con los vecinos y que finalmente se resuelve si es necesario ampliar los recorridos. De todos modos, esa oficina no pudo precisar si ya existe algún expediente en el que se esté estudiando incrementar la frecuencia de colectivos por esa zona.